jueves, 18 de julio de 2024

POESÍA: UN DON QUIJOTE DE EPOPEYA

 Ya no queda nada del Quijote que leí,
solo un idioma que se maltrata
con la benevolencia
de quienes vigilan y atinan a apostar
que en el futuro solo habrá 
sobre el planeta Tierra una lengua invicta.

¡Voto a Rus
¡que yo se de Don Quijote!

¡Qué lo vi cabalgar!

¡Qué lo tuve cerca!

¡Qué me miró y hechizo!

¡Qué me tocó con sus uñas secas!

Por aquí ando ahora
que las admiraciones
no son otra cosa
que signos que queman, 
si no buscando a mi Dulcinea
si intentado sacar hacia adelante
unos buenos puñados de rosas poéticas.

Ya no hay molinos de viento
 a la antigua usanza
con molineros y molineras;
ni hay caballeros que se presten
 a guardar la prenda 
de esos sus amores
más allá de donde nadie crea.

Ínsulas de haberlas
descansan entre mares de estrellas
y de escuderos se 
que hoy en día 
si te descuidan te pelan.

De borriquillos se por un poeta
que tuvo a Platero
como si fuera
una especie de Premio Nobel
de esos que en un cuadro se cuelgan.

Y a veces vago,
para cuando me levanto
 con ganas de gresca
de posada en posada,
de hacienda en hacienda,
para ver si alguien con tino
y lleno de inocencia
me nombra Caballero
y con ello gano prestigio
y buena presencia
en esa esfera de lo social
donde la nobleza
si brilla es por lo mucho 
que cubre las espaldas 
de los reyes de la tierra.

Me voy con Don Quijote
hemos visto una aldea
y si hay hogaza de pan,
vino tinto e higos secados en las eras
seguro que disfrutaremos
más de lo que se cuenta
en cualquier libro de caballería
de esos que si no se queman
te dejan la mollera
como un colador de seleccionar
lentejas nuevas de las viejas.
Autor: José Vicente Navarro Rubio

No hay comentarios :

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...