Mis golondrinas viven en las alturas
sujetas a una pared con costuras,
se saben queridas y habitan
bajo un balcón sujetas
a una atmosfera cargada
de mil sabores
que ellas disfrutan
Ayer asomaban del nido sus cabecitas
hasta tres pequeñas golondrinas
que parece que decían
¡Papa, mama traernos comida!
Son estas amigas,
golondrinas de la primavera
que en el otoño
se marchan sin despedida,
dejando los nidos vacíos,
se saben ellas queridas,
con esa su pinta
de hermosas bellezas,
que traen la alegría
a la cara de quienes
con aprecio las miran.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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