Pasa un coche sin prisas,
que no cogeré,
un coche que pasa
sin saber donde va,
pasa,
lleva alma
de sirena,
lleva
rotas esperanzas,
lleva auxilio
y cascada
de cosas de esas
que si se piensan
no sirven para nada.
Luces de colores,
aventuras
y jugadas
de esta mañana,
tan de conquistas baratas
que hasta Colón si pudiera
se hubiera quedado
tendido en la cama,
a la espera de tocar
con su mirada
el reposo del guerrero
que para nada quiere estar
en ninguna batalla.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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