Aquí estamos.
Ahora caen las primeras gotas.
Resbala el agua
y si la tocas
sientes la frescura,
no queda otra cosa
que pensar en lo mucho que nos toca,
cada vez que alzamos la cabeza
y comprobamos que somos tan poco
como esa gota de agua,
que sobre el suelo se convierte
en parte de una sombra.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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