Es fácil
hablar de poesía
y sentir
el hambre
de escribir
sobre cualquier cosa
de esas de la vida,
la poesía
es pureza,
no hay en ella
envidia,
ni otra cosa
que no sea
la sal
y el azúcar,
la pimienta
y la salsa de almendras
fritas,
que delicia
hacer una poesía
como si fuera una ensalda
de verduras,
con un poco de aceite,
en su punto,
ya como cena o comida,
de esas que saltan a la vista,
por el contenido
que se mueve
en el plato de la vida.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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