Hay lugares hacia donde no ir,
otros a los que no iremos
y otros en los que estamos.
No hay que ir hacia un huracán
y si vas coge
tu silla de montar,
tu cuerda con su lazo,
apriétate la correa a los pantalones
y cíñete bien el sombrero
a la cabeza,
las espuelas brillantes,
que el potro está salvaje
y si lo tienes que montar necesitas
de la fuerza de cien años de soledad
recorriendo el viejo y nuevo Oeste.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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