Llega la noche y todo es diferente,
suenan cadenas
que levantan las tapas de un sepulcro
y se llena la estancia
de esa sensación que deja
el ver unos huesos
encima de una mesa
y es que detrás está
una teoría
sobre los orígenes de Cristóbal Colón.
Noche intranquila
que para un poema no es nada,
no supone más interés
que el oír sonar unas campanas,
ya para dormir
y soñar
con un domingo que se declara
de fiesta y casi de estocada,
que no es poco
ahora que un castillo de luces
ilumina una bahía
en la que el mar está extendido
tal si fuera una gran sábana.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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