Nuestras vidas están hechas de rutinas,
de todo eso que nos hace
más pertenecientes a un género
que sobre el planeta tierra domina.
Las guerras sofisticadas
han necesitado de millones de años
para hacerse tan efectivas,
más humillantes,
más directas
y más productivas,
en número de muertos y heridos
y destrozos producidos
allí donde el ser humano
da sentido a su vida.
¿ Qué decir a estas alturas?
En poco el consuelo ayuda,
cuando todo está planificado,
cuando la humanidad
se refugia
en sus miedos y lazos de enemistades
para producir la caída,
de todo aquello
que con apretones de manos
se convierte
en una especie de lazo
que exprime y exprime
sin más ataduras,
que la destrucción de aquello
que se aleja de sus perspectivas.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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