Todo el día de lecturas
da para escribir
a esta hora vista
en que las manecillas del reloj
se llenan de lunas,
quieta la noche,
ella tranquila,
pasa por la calle una moto
a toda pastilla,
y echa por tierras
esas perspectivas,
que yo había puesto
en acabar bien este poema,
tan dado a todo
menos a ser rancia comida,
de esa que por su sabor no gusta.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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