En la inmensidad de lo que se mira
cae la lluvia,
descarga su ira,
se prolonga como hilo,
cuerda fina,
nada de insolencias
quien con ella juega
termina a la deriva,
inunda,
se hace madre,
se llena de hermsoura,
los campos la saludan
y con ella se lavan la cara
las frutas
que colgando de las ramas
esperan de su bendición
para estar maduras.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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