En las playas a estas horas
solo reina el viento,
el frío que entra en el cuerpo,
la humedad
y los latidos de los corazones
de los enamorados
que pasean al encuentro
del último beso,
de la última caria,
del último te quiero.
En estos días las playas son
de todo un poco
cementerios,
a los que llegan por un río
de curso lento,
enseres y ajuares,
gritos que solo se sienten
para cuando para el aire
de gemir lamentos,
y es que en las playas del levante
por allí donde un río se sirve
de lo que le viene a su encuentro,
en estos días ocurre
que se ve de todo aquello,
que solo se encuentra allí
donde la arena se ofrece
para ser aliviadero.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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