Ahora mismo solo llama la atención
la oscuridad que domina
si es que miras a la calle
e intentas buscar algo más
que el bullicio en una incipiente mañana.
Ya estará la gente sacando barro
en esas localidades afectadas por la DANA,
estarán algunos ciudadanos tomando sus ansiolíticos
para aguantar las continuas riadas
que deben entrar en sus almas
con esos toques especiales a muerte, horror
y perdida de ilusión por el día de mañana;
un paisaje devastador; una falta de esperanza;
un abandono cruel; algo que no llega
es la confianza.
Los muertos velados;
de las manos de la vida arrancados
por unas tremendas oleadas de agua;
los velatorios en mitad de tristes jornadas;
la perdida de todo y con ella el regreso
al encuentro con el barro que espera
su ración de sangre en cada palada.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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