Tarde de barro todavía,
de polvo disuelto
que se respira.
Tarde caída,
ya no volverá la alegría
a la cara de quienes ya no son
nada en la vida,
ya nada queda,
no queda
para cuando la tormenta se agita
y se lleva por delante
todo aquello que pilla.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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