Y ahora vuelvo
al poema cierto,
al del sufrimiento,
los garajes con agua
y barro
con lágrimas
y falta de consenso.
¡Que tuyo!
¡Que mío!
¡Que es de estos!
¡Que vienen aquellos!
¡Que nadie limpia!
Y es que debe saber el pueblo
que para cuando los bárbaros gobiernan
todo lo que digamos
huele a humo fresco,
siempre de un lado para otro corriendo.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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