En lo que se pueda disfrutemos,
en lo que se pueda juguemos,
en lo que se pueda
echemos el freno,
en lo que se pueda seamos concretos,
en lo que se pueda retorzamos
el corazón de los sentimientos,
en lo que se puede dejemos
de ser poco más o menos
que estatuas de sal
que emergen allí donde
arrecia el viento.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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