Irrumpe una luz,
asustado el olvido,
tan pocas cosas son
todo esto que traemos
hasta aquí donde escribir
es lo normal que hacemos
para librarnos de lo que somos
en este decadente siglo
en que se escucha poco
y si algo hemos leído
solo sirve para el instante
en que fue consumido.
Las prisas innecesarias,
los atardeceres intranquilos,
los bosques de flores
y las tundras llenas de frío,
espacios nevados
y cálidos, áridos y llenos
de esa nieve blanca
que quema los ojos
y cangrena lo que fuimos,
hasta ese punto
un poema se abre
y se cierra,
se encoge en si mismo
y si algo sale de todo esto
que ahora escribimos,
quizás sea la voluntad de la mente
decir algo más
que de verdad lo que piensa uno,
por eso la grandeza del ser
para cuando se quita
ciertos atributos
y desnudo el ser emerge
entre corrientes de licuados líquidos,
así flota aquello
que ni pensamos ni fue leído,
esto acabando, esto que digo.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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