Si se decide a escribir
hágalo porque le gusta,
no hace falta que redacte
unos Autos Sacramentales,
ni que escriba El Quijote,
es más fácil,
debe hacer lo que más le guste,
poniendo siempre
el mejor de los empeños
en aquello en lo cual se vuelca
como si fuera un rinoceronte
esperando que le tiren
algo de fruta con que satisfacer el hambre,
ahora mismo
puede que ocurra
que en alguien nazca
esa estrella que viene bien desde siempre
para hacer que acampen los temporales,
unos que se van y otros que vienen,
en noches como estas
junto a uno yacen
las horas que faltan para que me despierte.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
No hay comentarios :
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.