No le demos
más vueltas a este asunto
que nos viene de lejos
y es que ya hemos entrado
en un año nuevo
y ya hemos tenido
suficiente tiempo,
para ver entre salientes,
como después
de las campanadas de las doce,
todo continuaba siendo
parecido a ese otro instante,
de un año dos mil veinticuatro,
ya caído en un combate
perdido por falta de argumentos.
Yo le pido a este año nuevo
que sea transparente
como la estampa de un lago
lleno de hielo,
paz le pido
y que reine el consenso,
en hacer del Planeta Tierra
un lugar de amor y encuentros,
en el que manden
los más dispuestos
en hacer que el bien común
reine sobre otro tipo de derechos.
Hoy nos hemos alzado
casi entre bailoteos,
para cuando ya hablaba
la lluvia
al caer sobre el suelo,
mientras volaban palomas
al sentir el estruendo
del sonido de un badajo
en sus vaivenes
sobre el cuerpo
de una campana de acero.
Alzan las palomas
Ante la magnitud
del escándalo callejero
alzan las palomas,
blanco es su velo
con prontitud su vuelo,
para irse
a otra parte
donde nadie les pueda tomar el pelo.
Sepan que después de la DANA
hay poemas que se ahogan
a falta de aire
con el cual llenar los versos.
Sepan que los pueblos se levantan
si hay libertad
y se respetan los derechos.
Sepan que hay cosas que no se olvidan,
y es que trajo una DANA
muerte y tormentos,
aluviones de cieno,
tristeza y desespero,
y es que en estas cosas,
que tienen que ver
con la naturaleza
y lo que con ella estamos haciendo,
ocurre lo que vemos,
que nada somos
si es que soplan malos vientos.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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