Me asombra lo que veo,
los gatos cuidados en exceso,
ya no cazan,
ni rondan,
ni maúllan,
ni se saben felinos,
ni tienen ganas de sexo
pues se les quito
el deseo,
se han convertido
los gatos y gatas que observo,
en pequeños fetiches
que sobre los capos
de los coches de acero,
nos contemplan
con ojos indiferentes,
llenos de silencios.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
No hay comentarios :
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.