Me creí lo que veía
la tarde cayendo
y no era esto,
la tarde seguía jugando,
se llenaba de sol,
de luz
y estruendos,
por allí
los niños que salían del colegio,
con los libros en las mochilas
y pedales en los pies
con que correr lejos.
la tarde cayendo
y no era esto,
la tarde seguía jugando,
se llenaba de sol,
de luz
y estruendos,
por allí
los niños que salían del colegio,
con los libros en las mochilas
y pedales en los pies
con que correr lejos.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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