Y la humanidad continua
su caída en picado
y lo hace cruzando
ese altiplano
que lleva a las cumbres nevadas,
ya a un paso
de tocar el cielo con las manos.
A todo eso aspiramos,
a ascender
hasta en sumar años
y para cuando
miramos hacia atrás,
si acaso pensamos,
lo hacemos con la vista puesta
en aquellas imágenes
de nuestros más tiernos años.
Es normal
A partir de determinados años
estar preparados,
todo bien ajustado,
las cuentas claras,
no fuera el caso
de que quedara un gran fiasco.
Con esto y aquello,
con lo que pillamos a mano,
nos valemos
para seguir al menos pensando,
sobra lo demás,
nadie se llevará nada
a ese lugar apartado
tan repetido en los Salmos.
Autor: José Vicente Navarro rubio
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