Y le di media vuelta a un poema
y lo dejé a la espera
de volver de la compra
para llenarlo
de tinta fresca,
no supe que hacer,
se me llenó el alma de pena,
estaba igual que lo dejé
con la lengua seca,
lagrimeo en los ojos
y una ligera muesca,
tal si un ictus poético,
le hubiera sajado
desde la primera a la última letra.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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