Nos debemos a esto
de ser poetas sin motivo,
anhelando conocer
aunque solo sea
lo desconocido
y ya para el retorno de todo,
en el invierno
puro y duro
nos recluimos
en nosotros mismos,
tanto o más
que la nieve que se conserva
en el interior de los neveros
aposta construidos
para convertirla
en algo necesario
en el día a día
de algunos individuos
de ciertas partes del mundo.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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