La ciudad se lee a si misma
para cuando salen ls ratas de las alcantarillas,
los últimos amantes
ya ha cerrado tras de sí las puertas
que despejan sus dudas
y en las callas y grandes vías
se quema por ociosidad maldita
gasolina que mata y se recrea viendo como arden
inocentes víctimas.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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