El barco que cogió no era de fortuna,
era de pesca de bajura,
sus redes no eran tocas de mujeres
que se pintan para ser queridas,
eran la muerte que venía
desde allí donde las rocas servían
de ciudades submarinas,
con sus edificios de todo tipo y altura
y en ellos extrañas criaturas.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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