Las pequeñas rencillas
comienzan no siendo nada,
no se avistan
son algo parecido
a una de esas olas
que se viene a morir a las orillas
del mar que les da la vida.
Cualquier cosa sirve
para subir el tono
sacando pecho y cintura,
alguien que se cuela
y no guarda turno en la carnicería.
¡Oiga que hace!
¡No se pase de listo!
¡Sepa que todos tenemos prisas!
Así y todo muchas veces
todo se soluciona
con un meneo de cabeza acompañado
de una ligera sonrisa.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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