Un mar negro en la noche
se asoma a mi vista.
Intentando estoy deletrear en la oscuridad
más absoluta
un viejo códice escrito en lenguas antiguas.
Mar de inquietudes,
y de muerte
es el que me viste de preguntas.
Ante el ya despierto el ser que espera
llegue la nave que trae a quien se fue con luz del día,
lenta es la agonía
en ese sentir del mar murmullos perpetuos,
de inocente ser que arrulla
y a la vez pone la soga
que aprieta hasta que se va la vida.
Es un mar el mío que cuida a sus muertos,
será por eso que son sumativas sus angustias,
entre raíces y troncos a la deriva,
en ese mar de misterios interiores,
en ese mar que a poco que se le diga resucita.
Mar es este que arroja despojos
y ante el cual se arrodilla
quien perdió aquello que más quería.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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