En el Ventorro se come y se bebe,
se negocia y cree en todo aquello
que es una fantasía que pone de punta los pelos.
En el Ventorro corre el vino,
la carne se come con o sin queso,
se oye el canto de una sirena,
mientras corre el agua por el Poyo
y se ahogan en Utiel y por allí donde,
Chiva es un ejemplo,
algunos pierden las fuentes del cariño
y los seres queridos por culpa de un desacuerdo,
con la inteligencia que mandaba
apretar una tecla
con uno de los diez dedos
con la que los seres humanos
conforman las manos
de su cuerpo.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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