Si no encuentra el motivo,
ni la necesidad,
si la vorágine de ideas le llega
después de beberse
unos buenos vasos de vino,
no escriba, no sea primitivo,
dedíquese a otra cosa,
trabaje de taxidermista o de taxista,
de payaso si es que le gusta hacer reír a los niños.
El oficio se gana bajo la sobriedad
que deja la estela de los sábados y domingos,
se depura asistiendo a los santos oficios
de hablar con los amigos,
tras acopiarse de gran cantidad de libros
y dejar sobre ellos las pestañas
mientras se rasca, en esta caso uno, el ombligo.
Si cumple con estos parámetros
en ningún manual contenidos,
ya sabe, amiga o amigo, que va por el buen camino,
ya sea este recto o torcido,
de subida o bajada,
con asfalto o piedrecitas pequeñas o grandes,
algo parecidas a chinitas o piedras de molinos.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
No hay comentarios :
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.