Un pez que se ahoga en el agua
no es un buena migo
para un día de lluvia
del que se nos avisa
que será largo y poco divertido.
Por eso les cuento
que estoy en la cama todavía metido,
observando una pecera
y viendo como ese pez, mi amigo,
combate y combate con el agua,
creo que para él la vida es algo de lo mismo.
La pelota sobre el tejado,
pienso que nuestras vidas
sin peceras
disfrutan de pareceres
que en matemáticas se denominan,
conjuntos finitos.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
No hay comentarios :
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.