Nunca por menos
dejar la palabra a medias,
aun así sabiendo
que el final es opaco,
pues detrás de cada esfuerzo
llega ese instante
en que sacamos pecho.
dejar la palabra a medias,
aun así sabiendo
que el final es opaco,
pues detrás de cada esfuerzo
llega ese instante
en que sacamos pecho.
Hoy hemos visto
como se iba yendo
desde la mañana
a la noche,
recomponiendo,
veinticuatro horas,
de un reloj saliendo.
veinticuatro horas,
de un reloj saliendo.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
No hay comentarios :
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.