Hubieron tiempos que ya están olvidados,
tiempos de silencios
y de incordios
y tiempos que ni por una sartén con aceite bien pasados
podrían ser comidos a mordiscos con los ojos cerrados.
tiempos de silencios
y de incordios
y tiempos que ni por una sartén con aceite bien pasados
podrían ser comidos a mordiscos con los ojos cerrados.
Fueron tiempos de entreguerras
y de paz y de corazones ahogados
en mares de lágrimas de aquellos que muy mal las pasaron.
en mares de lágrimas de aquellos que muy mal las pasaron.
De estos tiempos nada queda
ni cera en los oídos ni recargos, ni mas cuestiones
que las que estamos planteando
en esto de hablar del tiempo
al tiempo que pensamos que ya está bien
de darle vueltas a algo
que a lo mejor bien pensado
se podría solucionar a la luna cantando,
tal si uno fuera un toro empeñado
a ponerle la cara de gallina
a quienes entre sus cuernos se plantar para dar un buen capotazo.
Autor; José Vicente Navarro Rubio
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