NADA se espera de quien nada dice,
de quien pasa por la tierra
sin dejar más huella
que una lápida fría
tapando sus vergüenzas.
de quien pasa por la tierra
sin dejar más huella
que una lápida fría
tapando sus vergüenzas.
Nada queda solo se espera,
el barrido de lo que se recoge
cuando pasa por delante el tren de las ocurrencias.
Maldita manía,
la mía esta,
dominguero todos los días,
que juega,
a descuartizar los relojes, sus horas, sus tiempos diarios,
observando lo que por delante pasa, leyendo al prensa,
poniendo películas viejas,
asumiendo que la vida se marcha y en ello no hace falta profeta
para decir lo que pasará cuando sintamos el frío de una lápida
como suelas de unos zapatos que apuntan con sus punteras
la tapa que cierra lo que del ser humano queda.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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