Es
de aquellos días
cuando creo
recordar ver
viejos olmos
intentando dar
sombra a una senda
que de seguirla
y no perderla
hasta la Hoz nos lleva.
Otra vez
es la tierra
ella,
solo ella
la que nos sirve de estela
y nos acerca
por esos senderos
de Dios
allí,
solo allí
donde el ser humano
con su imaginación
construye castillos
de arena
mientras hacia los olmos
se acercan
abuélo y nieta.
José Vte. Navarro Rubio
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