VIEJO POZO DE LA PLAZA

Ya lo había comentado y lo vuelvo a comentar con ocasión de esta fotografía. La virtud de este fotógrafo consiste en que sabe sacar cada fotografía desde el lugar preciso y dar a cada una de ellas una impronta diferente. Nos sirve esta fotografía para apreciar todos los detalles centrales de la Plaza Mayor: fuente, brocal de pozo, árbol, bancos y adoquinado de la Plaza. Esta sacada mirando hacia la calle Nueva; dejando a la derecha la calle de Federico Olmedilla. Al fondo también se puede contemplar lo que fue la tienda de Adelaido.

Las plazas siempre traen buenos recuerdos. Al ser espacios públicos tenían la misión de servir de eje vertebrador de la trama urbana y de lugar de encuentro de la población. Esta Plaza desde luego que servía sobretodo de esto último y más ahora que al estar mejor acondicionada: luces, bancos, agua, adoquinado del suelo, Ayuntamiento y bar ofrece más atractivos.

No se si en estos momentos se habrá perdido la costumbre pero antiguamente era el lugar cotidiano donde la chiquillería quedaba, cuando salí del colegio, para ir a jugar y era también el lugar cotidiano donde los mayores, jubilados, se juntaban para hablar mientras el buen tiempo lo permitía.

Ahora, sí, hay imagines que ya no veremos como pueden ser los carros cargados de mies camino de las eras; los jumentos con las albardas puestas y cargados de leña o de costales con aceitunas.

Para terminar un recuerdo especial para el viejo pozo:

Muere el viejo pozo
una y otra vez
y así siempre hasta el infinito
cada vez que llueve
y el agua pasa levemente lamiendo
sus labios camino del arbollón.

Es su cuerpo esbelto
sobresaliendo sobre la fuente
que sobredimensionada se alza a su lado
el que podemos contemplar en estos momentos
y del cual podemos decir
que aunque secos sus ojos
y sellada su garganta
siempre prevalecerá
aquella imagen de “viejo pozo”
en la memoria colectiva de los pinarejeros/as

José Vte. Navarro Rubio