No reniegues de tu pueblo
por no ser sus campos
floridos vergeles de frutos exquisitos
ni porque su paisaje sea tan árido
que hasta la vista se ciega
cuando se mira hacia el horizonte infinito.
Puede ser que las cosas no sean
como tu te las imaginas.
y que la felicidad sea algo más sencillo.
Si tirásemos de ese hilo de la historia
y viéramos la vida de nuestros antepasados
hace ya de esto muchos siglos,
quizás aprendiéramos
que todo está fuera de sitio
y que al otro lado de este mundo,
llamado sociedad de consumo,
hay otro mundo más sencillo.
Sólo cabría preguntarnos
¿A que queremos renunciar
con tal de encontrar esos perdidos atributos?
José Vte. Navarro Rubio
No hay comentarios :
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.