VIII
Me vuelve el día a decir
que pregone con alta voz
que el Castillo de Santiago de la Torre
no quiere morir
y que solo quiere, que fácil es ¡Señor!
que alguien se acuerde de él
pues fue fortaleza y tuvo buen Señor
que como vasallo sirvió a su rey
y ahora ya en la vejez
la muerte a punto de venir
la ruina se lleva su honra y honor.
Torre de castillo
y de Santiago que fue su Señor
solo hay una
a tiro de piedra de San Clemente
y a redoble de tambor
del Provencio querido lector.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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