A cal y canto
cerradura en la puerta
y la gatera abierta
y como si sus moradores se fueran de fiesta
camisa de fuerza
para esos momentos del día
en que Buscarini
se relame de gusto recitando poemas.
A cal y canto
se cierra tras de si una puerta
y se va tras ella
todo el esperpento que representa
la miserable vida de un poeta
en noches de grandes fríos
en que la niebla
lame las negras rejas
y el poeta se dice que ha valido la pena.
A cal y canto
en algún arcón alguien conserva
ropa vieja
y unos calcetines de lana
que llevan en vilo
a una comparsa entera
de lanceros de la reina de Inglaterra.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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