viernes, 5 de abril de 2013
POESÍ: BUSCARINI EL PRECURSOR
Un día el bardo desapareció
y sin dejar huella se marchó
de la calle de Alcalá
y en su lugar apareció
un nuevo trovador
sediento de demostrar ese don
que solo la naturaleza concede
a quien pone en esa empresa todo su corazón.
Era un domingo del año del Señor de 1927
cuando el discípulo de Buscarini
entonó su primera proclama
que sonó como un estruendo de cañón.
Justicia hay que hacer a Buscarini,
poeta pálido
y según algunos fanfarrón
por ser el iniciador
de un estilo de ventas
que ya por aquellos días se daba en el Japón.
Templo de Ápolo
su quiosco se denominó
y en él
Buscarini -el precursor- aprendió
a vender libros sin demostrar la más mínima intención
al tiempo que hacia de actor, autor y promotor.
Inocente fue su egolatría
y de esta forma Buscarini se marchó
sin ruido y sin dolor,
aunque de vez en cuando
volvía para recordar
que solo él
era el dueño y señor
de aquella avenida de Buscarini en la que habia hecho de gorrión.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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