No vi en la luna
a Buscarini paseando
alguien me dijo
que lo habían visto trapicheando
con un poco de azúcar y de café.
¡Hay que ver!
cuanto le gusta a este hombre
el dejarse querer.
Luna en una embajada
escrita en papel
con senos y cara de mujer
como si la vida se fuera acabar
y quienes la editaban
pensaran en salvar
a España de su terrible mal
llamado salvajismo nacional.
Luna de vidrio, de diamante
y de papel
con pocas ganas de ascender
hacia ese cielo infinito
desde donde todo se ve
del tamaño de la cabeza de un alfiler.
¡Ay de aquel
que por tomarse las cosas al revés
se vio sin poder atender
sus destino de hombre nacido
para ser
algo más que una sombra sobre una pared!
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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