Yo no se por qué
y si lo sabía
no soy testigo
de que el mundo
lo mires como lo mires
no te tiene que solucionar
los problemas
que te hacen diminuto.
Llegué a una cascada
y me hice agua de un río
y nadé
lejos del lugar
donde la gota se hace grande.
y bajé camino
de lugares desconocidos
y entre juncos y cañas
la corriente me hizo testigo
de los desmanes de los hombres
y de la codicia de los ricos.
Soy cascada,
soy corriente, soy río,
soy en la alta montaña
un ser diminuto
y cuando llego al valle
me lleno
de la sonrisa de los lirios.
Avanza la mañana y yo con ella de testigo
me confundo
con otras gotas
de agua, anís seco y vino
y me lleno de fluido.
Canto por cantar
y si con ello consigo
que tu que me oigas
y te sientas feliz
contigo mismo
doy todo el oro del mundo
por este minuto
de sincero compromiso.
Dejo la mañana
entre acoples
a sol nacidos
y cantares de ruiseñores
vaticinando un futuro
para el cual no hay nada escrito.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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