En el fogón
en el que yo me vine a aprender
tanto daba el calor
que negro me quedé
por eso de vez en cuando
en ese preciso momento
en que me deja la mujer
echo mano de mis recetas
como si el tiempo viniera a fenecer
y yo a morir con él.
Estas son
rosquillas de sartén
que los gatos solían coger
del poyal arrimado a la pared
que en la casa de mi abuela
se solía ver
con solo entrar en la cocina
y oler
aquellas rosquillas de sartén
que se solían hacer
con un poco de aceite,
virgen si pudiera ser,
vino blanco,
a todo meter,
huevos,
de buen ver,
limón de Valencia
con olor a todo lo bueno que aquellas tierras suelen ofrecer,
azúcar blanca,
como el mármol macael,
harina,
de trigo candeal
y papelillos de gaseosa,
con sonido a serpiente de cascabel.
Camino de la cocina voy
para poner
en una sartén
medio litro de aceite
que para que quede bien
primero se debe freír
y después
dejar enfriar
con el fin de introducir en él
un litro de vino
que de la bodega acabo de coger,
la raspadura de un limón,
bien grande debe ser,
un kilogramo de azúcar
sin la envoltura de papel,
y veinticuatro papelillos de gaseosa
y hecho esto
remover muy bien
hasta que quede una masa
que con las manos se pueda coger
sin dar pie
a no hacer
otras cosas que no sean
bolas
a las que después
meteremos el dedo
para hacer
roscos de buen ver.
Ahora toca freír
esos roscos en aceite bien caliente
o al revés
dejarlos en él
hasta que dorados estén
y ya para finalizar
espolvorear en un recipiente donde se puedan mezclar bien
con dos partes de azúcar y una de harina, si puede ser,.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
Ingredientes
- 1/2 litro de aceite
- un litro de vino
- doce huevos
- la raspadura de un limón
- un kg de azúcar
- veinticuatro papelillos de gaseosa
- harina
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