La dictadura militar fue algo más de casi medio siglo
de falta de libertades
en una España con montañas y ríos
y una lista de reyes godos
que me entraban y salían por los oídos.
Entré en ella de niño
y salí ya adulto
hacia otro mundo.
Quien hubiera podido
en aquella época haberse desvanecido
pues todo eran silencios
hasta la lectura de los libros
como aquellos que traía de Francia un tío mío
y luego por la noche arrojábamos a un río
para que la corriente del agua se llevara con ella todo el horror allí comprendido.
Todo fue patria, honor, religión y servilismo
de ese que deja heridas
que los años transforman
al igual que el vino
y para esos momentos en que llega a la mesa
se convierte en gozo y alegría
si se bebe con tino.
Me queda el recuerdo
jamás perdido
de estar dentro de casa pendientes de una cadena de radio y de un hilo
y de lecturas de la Prensa del Movimiento
buscando en ellas con ahincó
algo que nos descubriera que el País estaba vivo.
Nos vino la Democracia
como a quien le cae encima un jarrón de agua y hace frío
y en esas estamos
en estos momentos justos
deshojando la margarita
e intentando adivinar lo que nos traera el futuro.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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