domingo, 23 de marzo de 2014

LIBRO: CUANDO UN NIÑO SE DA MUERTE

 



 

¿Cómo entender el suicidio de un niño? Este impactante y desatendido fenómeno constituye el núcleo de reflexión de la nueva obra del doctor Boris Cyrulnik.
El sentido de la muerte entre los menores, nos recuerda el autor, se va modificando con la edad y nunca es el mismo que se tiene en la edad adulta. Cyrulnik no postula una sola motivación para explicar esta dolorosa problemática, sino que aplica un enfoque en el que integra diversos factores, como las transformaciones en la civilización, con los flujos migratorios y sus consecuencias de desarraigo en los más jóvenes; o los cambios sociales que debilitan los vínculos de apego y empobrecen el nicho afectivo del menor.
Existen, de este modo, aspectos individuales y familiares muy relevantes y a tener en cuenta, pero sin olvidar que se trata en gran medida de un problema social de complejo análisis y resolución, en el que la sociedad tiene aún mucho que elaborar.

 Otro artículo:

La serotonina y la genética en el suicidio

Un equipo de investigadores realiza en Galicia, España, un estudio que está dando los primeros frutos a la hora de relacionar casos de suicidio con la recepción de la serotonina, ese neurotransmisor o comunicador de neuronas clave del Sistema Serotonérgico que interviene, a su vez, en la sexualidad, la depresión, el bienestar, la regulación de estados entre el sueño-vigilia o la aceptación social, entre otros factores y cuyos principales secretos recogió ya El Orbital Degenerado en uno de los post más leídos: “La serotonina, el pollo, el sexo y la depresión”. El territorio gallego está a la cabeza en casos de suicidio en España, algo que se había achacado a la menor cantidad de horas de luz o incluso al clima, tendente a la nubosidad y a la lluvia. El equipo investigador sugiere que, más que por estos factores, las causas que llevan a estas altas tasas de suicidios pueden estar en disfunciones del sistema de captación de la serotonina, que se heredarían, además, de forma genética y prolongarían estos comportamientos durante generaciones. Por cierto: Se unen al candente debate sobre si informar sobre suicidios en los medios de comunicación incrementa estos casos.

Fallo heredado
La investigación se realiza en Lugo, a través de la Facultad de Veterinaria y el Instituto de Medicina Legal, el lugar con la tasa de suicidios más alta de España, y las primeras conclusiones se dieron a conocer recientemente (2011). Al parecer, en las personas suicidas habría menor actividad de uno de los receptores clave de serotonina (al que los científicos dan el nombre de 5HT2A).
La serotonina es un neurotransmisor: Compuestos químicos que conectan el "final" o extremo de una neurona (células del Sistema Nervioso) con el "comienzo" de la siguiente. El flujo de información por los nervios, formados por neuronas, es de doble naturaleza: Un salto eléctrico a lo largo de cada neurona y un salto químico alimentado por esos neurotransmisores entre las separaciones de neuronas o sinapsis. Los receptores de neutrotransmirores, como ese 5HT2A del que hablábamos, se encuentran al "comienzo" de las neuronas, para recibir el flujo de información de las células que la preceden. Ya te imaginas que si este receptor funciona mal, la transmisión de información por el Sistema Nervioso también se resentirá.
Esta observación añade una nueva causa a los casos de suicidios en Lugo y Galicia, que siempre se habían achacado a la falta de horas de luz o al clima tendente al gris: Ahora no sólo se tienen en cuenta estos factores ambientales que sí pueden influir en los estados de ánimo, sino que se introduce una posible causa interna, que se transmitiría genéticamente. El “fallo” de este receptor de serotonina se heredaría de padres a hijos, lo que explicaría las altas tasas de suicidios en poblaciones tradicionalmente aisladas y que, a lo largo de generaciones, han tenido que recurrir a la endogamia.
Depresión y suicidio no van siempre de la mano
Aunque ya se relacionaban casos de depresión con la serotonina (base del funcionamiento de antidepresivos como Prozac), a través de este estudio se establecen nexos entre la serotonina y casos de suicidio ya que, los propios investigadores recuerdan que hay suicidios sin depresión y depresiones que no terminan en suicidio. Son dos procesos diferenciados, uno más pasivo, mientras el otro necesita de conductas de autoagresión.
El debate sigue: ¿Conocer incita a cometer?
Por último, se posicionan en el debate abierto sobre si los medios de comunicación deben o no informar sobre los casos de suicidio. Actualmente, la mayoría de los medios en España respetan una norma no escrita para no recoger estos sucesos, al considerarse que su divulgación puede incrementar los casos de suicidio. El equipo investigador se posiciona en contra de este supuesto efecto contagio, a la que valoran como una creencia sin fundamento en datos objetivos, pero otros sectores se posicionan en el extremo opuesto. El debate sigue abierto.

LEE MÁS SOBRE LA SEROTONINA Y LA DEPRESIÓN

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