martes, 22 de abril de 2014

ROMANCE NUEVO DE JOSE VICENTE NAVARRO RUBIO AL TORERO PEPETE

 

Fue en la Plaza de toros de Madrid
un 20 de abril
como si las rosas se abrieran
y él estuviera allí
para regar con su sangre aquel jardín.

Dicen que la reina no se entera
y por eso le manda repetir
a lo que Pepete dice
si lo hago me vendré a morir
pues entre reyes y reinas
anda el juego del toreo y del parchis
y yo estoy aquí
de cuerpo entero para resistir
el embite del toro
y el mandato que pondrá fin
a mi vida de torero
no rayando la edad de decir
adios al toreo
y que otros vengan a padecer lo que yo padecí.

A pesar de todo,
que suerte la de ese mes de abril,
en que todavía manda Pepete, Damaso para mas decir,
sobre su vida y muerte
por mucho que la reina le pida con sorna resistir. 

-¡Ay que me lo temía!
grita la mujer de Pepete ,
-todavía en su casa con mandil,
mientras el pollo que despluma
se le cae de los brazos
y viene a morir
entre lloros de unos
y maldiciones que no son buenas de repetir.

En la Plaza de toros  de Madrid,
de negro el cielo
como si fuera un lamparón todo grís,
Pepete cae al suelo
herido por Jocinero, miura de mal parir,
y el silencio desciende sin fin
sobre la plaza y los tendidos
mientras la reina masculla me las temía venir.

-Es argo doctor-
vine Pepete a repetir,
delante del doctor Aguinaga
que no sabe lo que decir.

 De duelo Madrid
el torero sale camino de Andalucia
vestida para ese fin
de un color tan cetril
que los olivos de Jaen muestran su envidia
antes de que la flor les venga a salir.

Pollo y reina,
toro y mandil,
mujer y entendidos
que pobre espectaculo para una muerte tan viril.

Autor: José Vicente Navarro Rubio

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