Yo no soy un poeta de esos que construyen versos
con lágrimas robadas
a los lagrimales que se abren en las órbitas elípticas
que en los espacios son cual el cuarzo de nuestros recuerdos.
En el ágora ya pasado el invierno
las cigarras se dedican a desvestir versos
al igual que los los trovadores,
flamencos,
con sus guitarras colgando, castillos de hojas de enebro,
allí donde la maraña esconde un nido que lleva dentro
guachos con sus bocas abiertas, piando,
tanto o más,
que cuesta creer aquello
de que somos iguales cuando nacemos.
Tu en la cuna,
aquel en un hospicio siniestro,
el otro en la selva,
tal cual
todos hijos del mismo credo
suena la guitarra
se disparan los versos,
al tiempo,
cree en ello
que se abren nuevos horizontes
donde solo brotaba ya en vez del trigo, el centeno.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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