A estas, horas la cafetería permanece en penumbras,
los comentarios, las quejas, blasfemias, risas de anoche
ya está recogidas y a punto de tirar a la basura.
La cafetería comienza de nuevo,
cada día necesita de nuevas blasfemias, risas, quejas, comentarios,
así la caja se abre y se cierra al tiempo que se oye una campanilla.
Ayer no fue buen día para las risas
hizo niebla y eso atrasó la partida
de los podadores al campo para comenzar su faena tan poco comprendida.
Hubo blasfemias duras, casi cartuchos de dinamita,
entre tragos y tragos,
algunas voces ascendían, entre cafés y copas de cazalla, sentencias repetidas.
La barra limpia, las sillas vacías,
la cafetera en su punto,
las tazas y cucharas, el azúcar, todo espera sin prisas
a que se retire la penumbra
y alguien entre con aquello de "buenos días",
después vendrá las consabidas, quejas, los comentarios, las risas,
la niebla espesa, el repito, la cazalla, el café, carajillo, manzanilla,
En la cafetería hay un letrero que dice: Aforo máximo: 60, Así se estipula
En un metro cuadrado cabe una vida,
Autor: Jose Vte. Navarro Rubio
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