jueves, 1 de febrero de 2018

POESÍA:DESTRUYENDO A ORFEBRE 38



De profundis

Existe un campo de rastrojos donde cae una lluvia negra.
Existe un árbol pardo que se alza solitario.
Existe un viento que susurra entre chozas vacías.
Qué atardecer tan triste.

Versión de Helmut Pfeiffer


Los páramos de la noche y de los días
siempre páramos
con sus campos valdíos
con sus estancias inhabitables,
charcas insalubres
donde duermen los juncos
que sirven de cintura a los ángeles.

Cuantos páramos
para que el Señor del Castillo
saque a paseo su ave,
el voraz halcón
de bello plumaje
con su mirada de felino,
con sus garras afiladas con un sable,

Cuantas noches a través de los ojos de los buhos
anduve por aquellos parajes
cerca de un río seco,
así se secan las ubres de las vacas en los apacibles pastos de los montes.

Autor: Jose Vte. Navarro Rubio


Trakl se consideraba el continuador y sucesor de Hölderlin, cuyo estilo asimila y moderniza dentro de la estética del expresionismo, pero en él también influyeron Novalis y Rimbaud. En él aparecen los temas del expresionismo salvo el mundo del trabajo y la ciudad: la descomposición del yo a causa de la sociedad moderna, la angustia, la locura, el suicidio, la muerte, la vejez, la ruina, la enfermedad: «Todos los caminos conducen a la putrefacción negra». El hombre está en el centro de sus representaciones y no tiene sino un destino: pudrirse. Esta visión escatológica y apocalíptica, se desarrolla en un mundo sin Dios o donde Dios ha muerto según pregona Nietzsche, de quien Trakl asimila el nihilismo, otro tema expresionista. La vida está vacía de sentido. "Yo no he nacido sino a medias", escribió.

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