En la rama tendido el abrazo
y sobre la rama vigilando
el buho,
ojos de vidrió, corazón de barro,
sus alas de hojalata van volando
de rama en rama, de árbol en árbol,
hasta allí donde llega en las mañanas de un mes de marzo,
los hielos con su temple,
las tijeras podando,
del duro tronco, sus brazos,
de las verdes ramas,
aquellas que solo sirven de reclamo
al buho que en el árbol habita,
al mochuelo que piensa que él es el amo.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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