Un Dios guía
al ocaso
a unas sombras,
al reino de lo posible
con peces voladores
en un océano profundo
devorador de hombres, mujeres y niños,
ya las pateras con sus panzas abiertas
pariendo dolor y grito,
El excremento no existe,
es el diluvio,
la esencia de la nada
en ese su quinto elemento
que no encontrará su destino.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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